Si nos dejásemos llevar por lo que algunos dicen, la humanidad sería analfabeta.
Recién leí uno de esos artículos que condenan la tala de árboles, aunque el propósito de los cortes sea a beneficio de la sociedad global.
La nota en cuestión, muy común en estos tiempos en los que se destacan expertos y protectores de cualquier cosa menos del alma humana, señala lo siguiente: “Si Gutenberg - en referencia al inventor de la imprenta, Johannes Gutenberg - supiera la inmensa cantidad de árboles cortados para imprimir los más de 60 millones de libros publicados desde el siglo 15 hasta la fecha, desolado suplicaría perdón a la madre naturaleza”.
En obvia consecuencia de lo anterior, cuestionamos por qué los defensores de árboles obvian que el mayor de todos los daños se lo hizo la humanidad al árbol de vida hace 2015 años, y que la mayoría jamás se arrepiente ni pide perdón al creador de todas las cosas.
Será por incongruencias como la del artículo defensor de la madera, cuyo proposito es beneficar a la humanidad, que el profesor de teología R.C. Sproul acusa a la actual como la más anti intelectual de todas las épocas.
Al buen entendedor…
Hasta la próxima,
Dr. Frank Huertas