Hay que aprender a perdonar,
Para no parar el tren
De las vitaminas divinas, que
Viene destinado a suministrarnos:
La risa para el corazón...
El gozo para los huesos...
La alegría para la mente
Y las paz para los sueños.
Reflexiona en lo que dice el Salmo 103.
Bendiciones,
Dra. Silvia Huertas, D.Div, Ph.D.
19 de septiembre del 2011