En ocasiones, es difícil darlo, aunque así sea, otórgalo. Cuando lo haces, tu asestas un duro golpe al candado del resentimiento, que pretendió encerrarte.
Perdonar, de verdad y de corazón, significa sin lamentarlo, sin recordarlo, ni volver a hablar de ello.
Perdona, así como yo te he perdonado, dijo el Señor Jesús. Entonces…tú habrás ganado; habrás madurado; habrás vencido.
Te insto a que registres las gavetas de tus recuerdos y; todo lo que te hirió, lo saques de allí. Luego sonríe, que son muchos más los que te aman.
Dra. Silvia Huertas