Escuchaba el comienzo de un programa radial en el que se expondría un interesante tema a debatir, el bautismo de niños.
Los invitados, un ministro Presbiteriano decía que si. El otro, un pastor Evangélico, diecia que no. Y así cada uno expuso su teoría.
Después de los alegatos iniciales, decidí dejar de escuchar el programa al darme cuenta de algo muy sencillo. En cuestión de doctrina, la Biblia es la autoridad, no los sofismas humanos; y si nos guiamos por lo que ella enseña, no erraremos al blanco.
Podemos argüir todo lo que se nos antoje en torno al bautismo de niños, sacar conclusiones acorde a nuestros propios puntos de vista, lo tratado quedar irresuelto, la confusión latente; y los ánimos caldeados, pero si arrostramos el tema obviando sintagmas religiosamente tradicionales; y nos ajustamos a lo establecido en las Sagradas Escrituras, la cuestión se resuelve en un santiamén.
Tomemos la mejor ilustración de todas; nuestro modelo es Jesus. La Biblia dice que de pequeñito fue presentado ante Dios, no que fuese bautizado.- A este respecto, el evangelio de Lucas, capítulo 2, versículo 22, dice: Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor. Ahora, de su bautismo las citas aparecen en tres de los cuatro evangelios, Mateo 3:17-13, Marcos 1:9-11 y en Lucas 3:21-22..
Bien, analice esto. Etimológicamente, la palabra presentar, proviene del latín praesentāre; y significa hacer manifesto algo... ponerlo en la presencia de alguien. Por otro lado, bautizar se toma del griego baptízein; y propiamente quiere decir, 'sumergir'.
Sabemos que en cuestiones bíblicas muchos hacen las cosas como las entienden y asi las acomodan. Claro, eso no quiere decir que tengan la razón, sin embargo, ocurre con mucha frecuencia.
He aquí algo determinante: el significado de la palabra bautismo descarta la aspersión, o rocío de gotas de agua durante ese acto; y si seguimos a Cristo, nuestro deber es bautizarnos tal y como lo hizo él, por decisión propia, en pleno uso de razón y por inmersión. Después de todo, asi lo indica la Biblia. ¿Si, o no?.
Hasta la próxima,
Dr Frank Huertas