En la reflexión original - abril del 2013 - utilicé el ejemplo de Pedro en una azotea en sentido figurado y no se entendió, más bien provocó reprensiones tológicas. Con ello en mente, en esta ocasión – la última al respecto – la respuesta literal nos la brinda Pablo en 1era de Corintios 10:23-30, con marcado énfasis en el versículo 25.
Recordemos, la ley, que prohibió el consumo de carne porcina fue dada exclusivamente a Israel. ¡Oh! -A Propósito, dicha ley condena la ingesta de grasa de los animales comestibles. Sin embargo, muchos cristianos consumen la que está adherida a un buen trozo de carne asada a la parrilla; de igual manera quedó prohibido ingerir o consumir sangre animal; y ¿Cuántos no comen morcilla?
Si un cristiano declina comer carne de cerdo, esa es su prerrogativa.- Lo mismo que se la come; no hay pecado en ello, lícito es.
Jesús dijo: Lo que contamina al hombre no es lo que por su boca entra, sino lo que de ella sale. Mateo 15:11.
Hasta la próxima,
Dr. Frank Huertas Quirós.